sábado, 7 de septiembre de 2013

El arribo de Laura /11)

Antes siquiera de tocarse la mejilla, Laura le devolvió la cachetada, y antes que Victoria pudiera reaccionar la agarro del cabello y la acerco a ella hasta que sus narices estuvieron a punto de tocarse.
-No se te vuelva a ocurrir ponerme una mano encima, vieja de mierda, o esta cachetada te va a parecer una caricia.
Soltó su cabello, y Victoria salio casi corriendo de la habitación, para encerrarse en la suya.
Se toco varias veces la mejilla roja, irritada por el cachetazo, le dolía la cabeza por el tirón de pelo, busco en un pequeño frasco y saco 2 aspirinas, las trago y se quedo mirándose en la espejo de su cómoda.
Solo 2 personas le habían levantado la mano, una esa chica patética que espr4raba se estuviera pudriendo bajo tierra o en algún sórdido prostíbulo, y ahora Laura, odiaba a esa mujer, quería que desapareciera de su familia, aunque no sabia como, su hijo no la correría ni siquiera por el hecho de que se acostara con su hermano, al contrario, eso podía aliviarlo, ya que no tendría siquiera que tocarla.
Esa hija de puta no busca plata, tiene de sobré, no busca prestigio, qué busca...destruirnos, eso es lo que quiere...pero por qué, te voy a descubrir Laura...

Laura se rió un rato, hasta que su sonrisa se desvaneció tan rápido como había aparecido.
A ella también le recordó la vez anterior en que se habían enfrentado.
Cuando era una infeliz, sin un peso, una idiota engañada, la pobre de la que el rico se habían aprovechado, dejado embarazada, esa chica que lo único que podía generar era pena, burla o irritación en quien la viera.
Pero ya no soy esa, nunca más me van a humillar, ni a pisotear, llegó mi momento de hacerlo, juro que las lágrimas que correrán en esta casa no serán las mías.

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