sábado, 10 de marzo de 2012

Expresiones de mi vida /19) El velorio.

Un mes sin escribir, y sin nada, me tomé licencia porque no faltaba nada para volver al trabajo, pero ni loca volvía al otro día de la muerte de papa.

Igual el velorio fue peor que si hubiera tenido que ir a trabajar, odio los velorios, es un rejunte de hipócritas, si también están los que de verdad lloran al muerto pero esos son los menos, la mayoría va a chusmear, y si es posible a criticar tanto al que se murió como a sus familiares.
-Qué mira lo que se puso.
-Y esta por qué llora tanto si lo vivía criticando.
-Ah cuando se muere todos lo alaban, pero yo me acuerdo que nunca venían a verlo.

Pero peor que todo eso fue mi madre, ahí diciendo que había sido una abnegada esposa y que lo había cuidado durante su enfermedad, por favor, me daban ganas de gritarle: Qué mierda lo cuidaste si se podría decir que lo dejabas encerrado en la pieza, hija de puta.
Pero con qué autoridad lo iba a decir si yo tampoco lo cuide, porque la última vez que lo vi se estaba muriendo, y yo no hice nada, ni siquiera pedí una licencia como hice ahora que murió.
Y me olvide de decir que muchos no fueron solo a criticar, o ver quien lloraba y quien no, sino a ver a mi hermana.
-Mira vos, sin tanto maquillaje no es la gran cosa.
-A mí me parece que se ve bien, tampoco es una pendeja, ya debe andar por los cincuenta, si no más.
-Che se llevarían bien.
-Anda a saber, por ahí si, pero quien sabe.
-Qué lindo tiene el pelo viste.
-Si no lo tiene lindo ella con la plata que gana, no lo tiene nadie.
-Tenés razón, cuanto ganara.
-Más que nosotras seguro, a mí apenas me alcanza.
-A mí también.
Qué bien me sentí sabiendo que esas dos tenían una vida miserable, la que merecían después de todo.

Lo único bueno de todo esto fue el apoyo de Agusto, él estuvo conmigo, me preparaba la comida, limpiaba la casa, estuve por decirle que se quedara, pero no, lo pensé y esas cosas no se hacen en un arrebato, o por agradecimiento.

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