Decidió cerrar. Consideraba que era mucho trabajo para poco dinero, además él tener que sacar cuentas y estar pendiente de tantos aspectos lo agotaba, consideraba que no valía la pena.
Cuando sacó la cuenta después de pagar los despidos, y vender todos los muebles y utensilios no le quedó más que un resto para ir tirando por un mes.
No quería buscarse otro trabajo y decidió abrir Grindr, y esperar a ver si le llegaba alguna oferta.
La recibió, volver a arreglarse para ver a un cliente le resultó natural, el desodorante, perfume, la ropa.
Besar, tocar, y coger a alguien por plata, durante el tiempo que había tenido el bar restauran solo tuvo sexo en dos ocasiones, uno fue una chupada que le dio un muchacho de 20 años y otro de su edad. No disfrutó ninguno de los dos, solo fueron descargas, formas de acabar diferentes a una paja. Disfrutó este encuentro, no porque el cliente fuera particularmente agradable o interesante, ni tampoco lograra tener química física con él, sino por volverse a sentir deseado y recompensado por ello.
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