Igual ahora estoy más para pagar que para que me paguen. Se sintió fofo, avejentado, y decidió recuperar su cuerpo, aunque sea quitándose una hora de descanso. Se anotó en un gimnasio que quedaba a medio camino entre su departamento y el bar, iba a la mañana.
También empezó a teñirse, y usar productos para no perder cabello.
No dejaba de sentirse extraño en su oficina, viendo planillas de Excel para analizar los costos, siempre con una camisa de color pastel, celeste, blanca o salmón, y pantalones negros o beige. Se sentía grotesco, en un trabajo que era aburrido y demandante a la vez. Quería cerrarlo pero no sabía a qué dedicarse después y tampoco tenía mucho dinero ahorrado, apenas para vivir un mes, el bar le dejaba mucho menos plata que la prostitución y eso que gastaba mucho menos que antes, se compraba menos ropa, ningún perfume, no se iba a ningún lado de vacaciones, su vida era mucho más austera.
sábado, 10 de abril de 2021
El oficio de Manuel /29)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario