sábado, 1 de agosto de 2020

Y de repente se hace realidad /39)

Estaba a pocos metros de Pedro, lo veía, el corazón parecía que se le iba a reventar, le costaba respirar, sentía que si hacia el menor movimiento, terminaría muerto.
Tranquilo, mierda, qué voy a estar tranquilo, tengo a un asesino  nada...pero porque yo quise, nadie me obligo a venir hasta acá, y no me voy a echar para atrás, además no puedo, si me ven abajo, me van a matar a mí, qué lindo, por metido termine con un tiro en la cabeza.
Tengo que ver a este hijo de puta como si fuera una liana, si, una liana que se mueve, eso también, como cuando la liana se te viene encima, si.
Ambos levantaron el arma inmediatamente y dispararon.
La bala del arma de Damian fue más certera que la de Pedro, ya que dio en el corazón de este, mientras que la de Pedro, dio en el hombro izquierdo de Damian.
Los agentes de la unidad anti secuestro, llenaron la casa de gases anti disturbios, y una nube grisácea de humo espeso cruzó cada habitación de la casa.
Teresa vio todo como si fuera una pesadilla, el humo gris, empezaba a disolverse, develando a unos cuantos hombres con mascaras negras, apenas era consciente, le lloraban los ojos, y se sentía profundamente débil.
Los hombre la desataron y le quitaron el trapo que amordazaba sus labios, mientras 2 hombres la levantaban por debajo de los brazos, y la sacaban.


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