Algo se había roto en Ines, no quebrado, como tantas otras veces, sino roto, su última esperanza, aunque más que esperanza, había sido una ilusión idiota, una quimera.
Moriría sola, pero no quería pensar y lamentarse por eso, todavía no, antes quería desquitarse.
Esos hijos de mil puta, quién se cree la puta esa para meterme al amante en la casa, claro para tenerlo más cerca, cruza la calle y ya esta, bueno, ya vas a ver.
Saco de el primer cajón del debajo mesada, la revista de la casa de electrodomésticos, más grande de la ciudad, una de las tantas filiales de la empresa, dio vueltas sus paginas repletas de fotografías de diferentes electrodomésticos, artículos y muebles para el hogar, hasta llegar a la sección donde vendía computadoras.
Mierda, están caras, pero bueno, vale la pena.
Consulto, y esa misma mañana fue hasta la casa de venta, y la compro, a la tarde se la trajeron, ya había llamado a los del servicio de Internet, para que le colocaran el servicio.
-Y como se usa?
-Ve esa linea o franca, como quiera llamarle, bueno, ahí escribe lo que quiere buscar, y ya.
Ines, se paso la tarde descubriendo como podía hacer para subir un vídeo con lo que quería, le resultaba increíble todo lo que se conseguía apretando unas cuantas teclas.
Qué cosa, mira donde vive Elena, en Jujuy, quién lo iba a decir, y Tamara, de no creer...Pero bueno, yo me puse con estas pavadas, en vez de ver como puedo subir un vídeo.
A ver.
Vio las diferentes opciones, crear un blog, una cuenta en youtube, o una cuenta en facebook, y prefirió esta última, ya que era la red que más usaban sus vecinos.
Esa misma noche, cuando escucho roncar a Carmen, se levanto, agarro su ropa, y se vistió después de salir de la habitación de esta, y cerrar la puerta, agarro su celular, y se fue hasta su casa, no entro a la misma, no hacia falta, ya que el cuarto de atrás donde vivía Pedro, se podía entrar y salir, sin necesidad de pasar por la casa.
Fue por el costado, y vio que la luz de la habitación estaba prendida, y se oían voces.
La persiana estaba cerrada, pero Ines pudo pasar por la rendija la parte superior del celular y filmar, ella también podía ver por las mismas rendijas, a Teresa y Pedro desnudos, uno al lado del otro, sobre la cama.
-Te deberías comprara una cama matrimonial, bah yo te la compro.
-Bueno, pero no será raro, no crees que la vieja va a pensar para qué quiero una cama matrimonial si estoy solo.
-Por ahí se hace ilusiones, creyendo que la querés utilizar con ella, déjala pobre, debe tener la concha más seca que un desierto, es bueno que se la humedezca aunque sea fantaseando boludeces.
-Sos más hija de puta que yo, eh.
-Eso nunca, yo nunca mataría a nadie.
-Mmm no sé eh.
-No empeces.
-No es empezar, lo que hay que hacer es terminar, ya me estoy cansando de todo, no quiero seguir en este pueblo, en esta pieza de mierda, cruzándome con la vieja pajera esa, mira si me quiere violar.
-Le rompes la cabeza y listo, mucho no te va a costar.
-Si, y caer preso, no sé si eso no es lo que vos querés, hija de puta.
-Deja de decir boludeces, cógeme mejor.
Le costo mantenerse serena y que no se le cayera el celular de las manos, al escuchar lo que había dicho Teresa.
Esa hija de puta, no le hizo un chiste, lo decía en serio, Pedro es un asesino.
Volvió lentamente hasta la casa de Camen, cerro la puerta de entrada con llave, y antes de entrar de vuelta a la habitación, se sentó sobre el brazo de uno de los sillones de un cuerpo.
Apretaba el celular entre sus manos.
Hará 11 horas quería tener algo con ese tipo, hace 9 quería que él y la puta de Teresa, quedaran escrachados como 2 mierdas que le metían los cuernos a Roberto, y ahora me vengo a enterar que tengo de inquilino a un asesino, déjate de joder
Una sonrisa patética, se dibujó en sus labios, y sintió unas ganas profundas de reír, pero se tapo los orificios nasales, y trato de controlarse.
Estaba al borde de la histeria y lo sabia,
Se guardo el celular en el bolsillo del pantalón y fue hasta el baño, se lavo la cara varias veces, y cuando se sintió más tranquila, salió, cuando volvió a abrir la puerta del comedor, sintió como se encendían las luces del mismo.
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