Después de que hubo casi escupido los hechos, Damian se arrepintió y más cuando vio la cara y sobre todo la mirada que le devolvía a Ricardo. Este antes de que Damian pudiera reaccionar, sacó una pistola y se colocó detrás de él, le dijo:
-Seguime, si intentas algo te mató, ya sé que debes estar calculando a ver si me podes sacar el arma, aunque no sos tan pelotudo para creer que tengas esa posibilidad, no, ya sé, estás pensando en correr, a mí me importa una mierda dispararte acá, dejarte cuadripléjico o por lo menos paralitico.
-Seguime, si intentas algo te mató, ya sé que debes estar calculando a ver si me podes sacar el arma, aunque no sos tan pelotudo para creer que tengas esa posibilidad, no, ya sé, estás pensando en correr, a mí me importa una mierda dispararte acá, dejarte cuadripléjico o por lo menos paralitico.
¿Para qué mierda abrí la boca?
Se sentía en una pesadilla, le estaban amenazando con un arma, no podía ser real eso, en la vida no pasaban esas cosas, o si pero no a él.
Comenzó a temblar.
Me voy a mear encima, para qué mierda hable, para qué la puta qmadre que me parió.
Ricardo caminaba detrás de él, con un ojo vigilaba que Damian no se escapara y con el otro que no estuvieran llamando la atención de nadie.
Le echó una rápida mirada a todos los autos que había estacionados, volvió a mirar para los costados por si no se acercaba nadie y después de comprobar que no, rompió la ventanilla del conductor de uno de los autos, un Fiat 1 del 2009, lo eligió porque de los que se veían e esas cuadra era el más viejo y ordinario y calculó que no tendría alarma, acertó. Levantó la traba de la puerta y la abrió.
-Entra y pásate al otro asiento.
-Ya.
-Ya.
Damian lo hizo de la forma más rápida que pudo, aunque con involuntaria torpeza.
Ricardo se metió en un segundo, cuando Damian se dio cuenta, ya estaba juntando los pequeños hilos de cobre que había cortado unos segundos atrás con una navaja que se sacó de la nada. Con la misma rapidez encendió el auto y arrancó, aceleró y a la cuadra ya lo llevaba a 60, sabia que si no iba a buena velocidad Damian se tiraría, lo intuía, ere ese tipo de personas que en una situación así harían eso. Lo llevó hasta los 90 y continuó manejando a esa velocidad.
Damían pensó varias veces en tirarse pero las misma cantidad las descartó, además creía que en el mejor de los casos si la caída no le generaba graves contusiones y de milagro no quedaba inconsciente, Ricardo frenaría el auto y le vaciaría el cargador. Sintió cierto alivio ante esa idea, una muerte rápida, no creía que Ricardo tuviera tiempo para nadar torturándolo.
Las calles se sucedían, Damían apenas las notaba, se sentía como en una pesadilla, todo se le puso borroso, se sintió descompuesto y vomitó. Ricardo ni siquiera desvió la mirada del volante. Frenó el auto.
-Bájate.
Cuando Damían se bajó, le señaló con la pistola que se alejara del auto, mirándolo a los ojos en todo momento, Damían bajó la mirada. Cuando Ricardo vio que este se había alejado 3 metros del auto, le disparó.
Las calles se sucedían, Damían apenas las notaba, se sentía como en una pesadilla, todo se le puso borroso, se sintió descompuesto y vomitó. Ricardo ni siquiera desvió la mirada del volante. Frenó el auto.
-Bájate.
Cuando Damían se bajó, le señaló con la pistola que se alejara del auto, mirándolo a los ojos en todo momento, Damían bajó la mirada. Cuando Ricardo vio que este se había alejado 3 metros del auto, le disparó.
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