sábado, 27 de abril de 2019

Los rumbos /23)

Su madre se había quebrado la cadera y tuvo que ir a cuidarla, pasar tiempo con ella, volver a la casa, a su habitación, a ese mundo que había dejado a los 18, todo seguía bastante parecido, su mama charlaba con las mismas vecinas, a la misma hora, estas seguía usando el mismo desodorante, el olor del mismo le trajo imágenes clarísimas de su adolescente, era como si pudiera estar en 2 lugares al mismo tiempo.
Las charlas de las señoras, eran bastante parecidas a las que recordaba haber oído de pasada años atrás, solo añadían quejas sobre dolencias o alegría al hablar de sus nietos o quejas al referirse a sus nueras o yernos. También se referían a vacaciones, a sus maridos las que seguían casadas, o a sus nuevas parejas.
Le provocaba sentimientos encontrados esas charlas, por un lado gracia, cierta incomodidad, patetismo, pero también un poco de envidia, sabia que en el fondo, a pesar de que muchas veces se criticaban ni bien la otra se daba vuelta, y que algunas disfrutaban de las desgracias de la otra aunque por delante les ofrecían palabras de consuelo o aliento, otras si se tenían un cariño genuino, él nunca había logrado eso, no tenia amigos, por lo menos no uno que trascendiera el tiempo.
Se imaginó a la edad de su madre, solo, lleno de TOC, amargado, y decidió ponerse a escuchar música para no pensar. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario