Se va a cansar de vos.
Le repetía una voz en su interior.
Luciano no podía ir a verlo porque estaba lleno de trabajo, el pasarse varios días a su lado lo había retrasado, aunque esto se lo dijo de la forma más simpática posible y sin darle importancia, Agustín notó en su expresión lo ansioso que estaba por poder realizarlo.
Recién te conoce y ya le cagas la vida, le retrasas el trabajo, sos un cajón de sandías, che, en todo sentido.
Pobre muchacho, igual uno como él enseguida puede conocer a otro, uno sin complejos, sin mambos.
La voz, esa voz la escuchaba desde hacia meses, a veces desaparecía, pero siempre resurgía ante cualquier problema, era su droga.
Por ahí es de esos que les gusta cargar con otro, obvio que igual te va a cagar, pero podes ser su "esposa", la empastillada, la que le hace reclamos, la que necesita constantemente de su atención, la que le permite victimizarse ante los demás.
Pero mejor no te hagas ilusiones, no te va a aguantar tanto, vas a ser una mala anécdota, el pibe medio loquito, el raro, el llorón, el depresivo.
A veces se visualizaba como una bolsa, en general una bolsa llena de papas, que siempre alguien tenia que cargarse al hombro, y fantaseaba con agarrar un cuchillo y rasgarse, perder todo el peso, liberar a los otros, y liberarse él.
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