sábado, 17 de noviembre de 2018

Los rumbos /2)

Después de contemplar como le había quedado la uña del dedo menique con el esmalte, Florencia dijo:
-Es una mierda.
Arranco un pedazo de algodón, lo bañó en el quita esmalte y lo frotó contra la uña.
Escuchó un llanto, suspiró frustrada y caminó 3 metros hasta la cuna, se levantó la remera y puso al bebe sobre su pezón.
Mientras este chupaba, miró por la ventana, odiaba el edificio donde vivía y todos los que lo rodeaban, era un complejo de departamentos, todos rectangulares, de 6 pisos, con ventanas de 1 metros de largo por 2 de ancho, las paredes exteriores pintadas de amarillo chillón y las persianas de rojo carmesí, desde su ventanas cada vez que se levantaba no veía más que ese amarillo.
Notó que su hijo había parado de succionar, esperó que eructara y vomitara y lo volvió a costar.
Levantó el esmalte y el trozo de algodón y los tiró a la basura, el resto de cosas las guardó en un cajón del bajo mesada.
Agarró el celular, entró en WS, y mandó un audio:
-Estoy sola, bah con el bebe pero es lo mismo no jode, venite.
Recibió un ok como respuesta.
Se miró en el espejo y se cepilló su pelo teñido de rubio oxigenado y planchado hacía apenas 1 hora. Odiaba usar la planchita pero más su pelo crespo, que siempre se le estaba enredando o que cambiaba de volumen según el tiempo.
Recibió otro WS con un audio:
Estoy abajo.
Florencia presionó el portero eléctrico y 2 minutos después estaba besándolo y abrazándolo, él la puso sobre la mesa del comedor, se desprendió el cinto, y bajó el cierre, mientras ella se quitaba la remera.
La corta pollera que llevaba se la levantó, no quería sacársela porque siempre terminaba en el piso y pisada por Brian, ya le había dejado hecho mierda 2 por su impulsividad. El le corrió la bombacha, se  escupió la mano derecha y la pasó por su vulva, 3 minutos después sintió su semen.
Ambos se levantaron y ella manoteó un rollo de papel que había dejado al costado de la mesa para eso, se limpió las piernas y le pasó el rollo a él, después fue hasta el baño, se sacó la remera, la pollera y la bombacha, en rollo una toalla alrededor de sus tetas y fue hasta la habitación, vio de pasada al bebe, seguía durmiendo, se sacó la toalla y se cambió, sintió como Brian entraba al bañó y abrí la canilla.
Después ambos se encontraron en el pasillo, él esperó que ella para para pellizcarle el muslo. Se apoyaron sobre la ventana del comedor y compartieron un porro mientras oían algunas sirenas lejanas de la policía y veía las luces anaranjadas de los faroles reflejando la deprimente mini plaza que había abajo, con todos los juegos y bancos oxidados. 




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