sábado, 2 de septiembre de 2017

Encrucijadas de la vida /2)

Claro que la seguiría, de nada servía tratar de hacerse ilusiones pensando que por cambiar de trabajo, mudarse, e intentar comenzar de nuevo, Ignacio se lo permitiría.
Él estaba acostumbrado a que las cosas se hicieran como quería, y por ahora no quería separarse de ella.
Nuria miró el GPS, comprobó que hasta entonces estaba siguiendo el camino correcto, luego concentró su vista en su hijo, que no la despegaba del celular, iba a decirle algo, pero prefirió callarse, y volver a sus pensamientos.
La culpa fue mía lo dejé hacer, lo deje manejarme, comerme la cabeza, hace esto así, mejor de esta manera, y cuando me quise acordar él decidía todo, claro, como no iba a querer hacer lo mismo con Mariano, lo raro hubiera sido que no, en casa mandaba él, decidía él, y yo de idiota se lo permitía, peor, ni siquiera de idiota, porque bien que me daba cuenta, de cómoda.
Miró el cartel verde que le indicaba que la próxima sería la ciudad donde vivirían, donde volvería a comenzar, o tal vez solo cambiaría de escenario para repetir la misma obra.

La comida en honor a Benjamín, el hijo adorado, el bien portado, el estudioso, el perfecto, mi hermanito, con quien no dejan de compararme.
Tenés que ser más como él, por qué no sos como él, Benja no da trabajo, Benja hace la tarea sin que lo tenga que andar persiguiendo, Benja esto, Benja lo otro.
Por qué no se irán él y vos a la mierda, mamita, ojalá Beja te lleve al fin del mundo y ahí se queden ambos para siempre, soretes.
Le delía la cabeza, había dormido mal, y peor la tenia la abtinencia, quería tomar, pero su madre no la había dejado salir la noche anterior.
Te conozco, Sofia, vas a volver a las 5 de la mañana, borracha y ni te vas a levantar para recibir a tu hermano, bastante te las aguanto todos los fines de semana, porque ya estoy harta de hablarte para nada, además para que después tu padre te solape y te deje hacer lo que quiera, no me voy ni a calentar, pero mañana no, mañana vas a estar ahí, y cuidadito empieces con tus pelotudeces, porque te juro que no salís nunca más, y que al reventado ese de Lucas, lo hago meter preso, no me vas a joder la comida, Sofia, te lo digo en serio.


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