Se sentía revitalizada, empezó a seguir una dieta, se compro ropa, se tiño el pelo, todo para seguirle gustando, para que no se cansará de ella, que la monotonía no rompiera el encanto.
Notaba que Rafael, también se cuidaba un perfume muy rico, mejores camisas, se afeitaba siempre para la ocasión.
Es raro no tener expectativas, saber que la relación se quedará en lo que es, y luego terminará.
Se decía Mariana, mientras se arreglaba, aunque siempre que se le cruzaban estos pensamientos, sentí una fuerte melancolía, sabia que cada día se acercaba más el final, que tarde o temprano, la emoción y el deseo, se irían apagando, por eso cada vez trataba de disfrutar más las horas que pasaba con él, de mirarlo, besarlo, acariciarlo, oír su voz, su risa, sentir su olor.
Una tarde, después de estar juntos, cuando ya se habían terminado de vestir, y antes de despedirse, ella se acerco a él, lo abrazo, y le dijo, te quiero, enseguida se mordió los labios, pero lo había dicho, Rafael le respondió, que él también la quería.
Pero no es verdad, lo dijo por compromiso, para que el momento no fuera incomodo, la cague, cague todo, tal vez él lo olvide, o no sé, espero que no le de mucha importancia.
La próxima vez que se vieron, todo fue más o menos igual a la anterior, pero Mariana se cuido de no decir nada.
Y al mirarlo por unos segundos a los ojos, supo que ya no era lo mismo, que desde ese momento se empezarían a ver menos.
No creo que fuera por mi confesión, tal vez 2 meses y pico, es lo que dura la calentura pura, o lo que duro en nosotros.
Lo peor es que nunca voy a saber si fue por ese te quiero.
Las personas no tendríamos que tener una capacidad tan enorme para soñar, ya que la mayoría nunca logramos nada, tenemos vidas intrascendentes y frustradas, por culpa de esos putos sueños.
Tantas cosas quería ser de chico, y no cumplí ninguna.
Qué se le va a hacer, hay que como dicen, disfrutar de las pequeñas cosas, y que otra no queda, así que a ver si ésta torta que hizo Silvia, la saboreo hasta el orgasmo.
Notaba que Rafael, también se cuidaba un perfume muy rico, mejores camisas, se afeitaba siempre para la ocasión.
Es raro no tener expectativas, saber que la relación se quedará en lo que es, y luego terminará.
Se decía Mariana, mientras se arreglaba, aunque siempre que se le cruzaban estos pensamientos, sentí una fuerte melancolía, sabia que cada día se acercaba más el final, que tarde o temprano, la emoción y el deseo, se irían apagando, por eso cada vez trataba de disfrutar más las horas que pasaba con él, de mirarlo, besarlo, acariciarlo, oír su voz, su risa, sentir su olor.
Una tarde, después de estar juntos, cuando ya se habían terminado de vestir, y antes de despedirse, ella se acerco a él, lo abrazo, y le dijo, te quiero, enseguida se mordió los labios, pero lo había dicho, Rafael le respondió, que él también la quería.
Pero no es verdad, lo dijo por compromiso, para que el momento no fuera incomodo, la cague, cague todo, tal vez él lo olvide, o no sé, espero que no le de mucha importancia.
La próxima vez que se vieron, todo fue más o menos igual a la anterior, pero Mariana se cuido de no decir nada.
Y al mirarlo por unos segundos a los ojos, supo que ya no era lo mismo, que desde ese momento se empezarían a ver menos.
No creo que fuera por mi confesión, tal vez 2 meses y pico, es lo que dura la calentura pura, o lo que duro en nosotros.
Lo peor es que nunca voy a saber si fue por ese te quiero.
Las personas no tendríamos que tener una capacidad tan enorme para soñar, ya que la mayoría nunca logramos nada, tenemos vidas intrascendentes y frustradas, por culpa de esos putos sueños.
Tantas cosas quería ser de chico, y no cumplí ninguna.
Qué se le va a hacer, hay que como dicen, disfrutar de las pequeñas cosas, y que otra no queda, así que a ver si ésta torta que hizo Silvia, la saboreo hasta el orgasmo.
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