Enero paso lentamente, todos los años tanto a Román, como a Mariana, les fastidiaba ese mes, y siempre sus charlas eran monopolizadas por su mutuo odio al calor, la humedad, y todo lo que ésta generaba.
Actualmente, ambos se aguantaban en silencio su fastidio, y pensaban con disgusto en que entraban en un nuevo año, uno menos que les quedaba de vida, ambos tenían terror a la vejez, pero lo veían como algo inevitable, que se preparaban a enfrentar sin ganas.
-Dale, vamos, la señora está sola.
-Bueno, pobre vieja.
-Si, igual, pobre porque está sola nomás, porque después de salud está mejor que vos y yo juntas, y económicamente, ni te cuento, es viuda de un juez, muy agradable, muy educad, ojalá nosotras estemos así cuando tengamos su edad.
Luego de tocar, les abrió la puerta, una mujer que Mariana calculó de 75 años, muy bien conservada, que tenia una gorra de plástico sobre la cabeza.
Se saludo con Delia, dándole un beso, y al acercarse a Mariana, ésta sintió el olor de un perfume muy sutil y muy rico, que calculo debía costar una fortuna, como todos los perfumes importados.
-Vos debes ser Mariana, Delia no para de hablar de vos, un gusto, querida, qué linda que sos, y muy parecida a Delia, ustedes no niegan que son hermanas, yo soy Belén, un gusto.
Le dio un beso, y las hizo pasar, la casa era preciosa, con unos muebles clásicos, muy bien conservados, aunque sin estar recargada, Marina consideró admirable que una mujer rica, no gastara su dinero en artesanías de mal gusto, como elefantes y pastores de cerámica, para poner en cuanta mesa o aparador pudiera.
elén debe ser rica de cuna, la mujer les indico el bañó para que pudieran cambiarse, este era más grande que la habitación del departamento de Marina, y casi de las mismas proporciones que la habitación de Delia.
-Es un palacio.
Dijo Mariana.
-Si, ésta casa la tiene desde hace 30 años, cuando el marido pensó en retirarse a una ciudad tranquila, también tiene una en Punta del Este, pero nunca se retiro, el tipo se quedo siendo juez hasta su muerte, era un adicto al trabajo.
-Ah, igual a nosotras, que no vemos la hora de retirarnos, y ella, trabajaba.
-Si, pero solo para entretenerse, viste, era traductora, en francés e ingles.
-Toma mates.
Luego de que se cambiaron, ambas fueron recibidas por la mujer, que estaba en el comedor, también cambiada, y las condujo hasta la pileta, que era grande y ovalada.
Las tres iban con batas, al quitárselas, Mariana y Delia, notaron que Belen, llevaba medias de nylón.
-No me miren así, soy vieja, pero muy coqueta, y las arrugas no perdonan, una cosa es llevar las de la cara y las de las manos, porque no queda de otra, pero las de las piernas, esas si que solo me las saco para dormir y bañarme.
Las 3 se rieron, y se metieron al agua.
El aire acondicionado, refrescaba sus cuerpos, era raro sentir el sudor frío, pero tanto a Román como a Silvina, el cosquilleo que este les producía, les gustaba, más que todo, por darle motivos para seguir acurrucados uno junto al otro, luego de hacer el amor.
-Te gustó.
-Me encantó, ¿los gritos, no te dijeron nada? Yo no soy de las que gritan por gritar.
-Bueno, entonces a ver si ahora te hago gritar más fuerte.
Y se volvieron a besar.
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