sábado, 13 de octubre de 2012

Convivencia Obligada /1)

Su madre y su hermana habían muerto con menos de 1 año de diferencia, igual el año había sido lo único que esas dos muertes compartían, además de el lazo familiar obviamente.
Su madre Catalina, como odiaba ese nombre, Cata para todos o Caty, murió mientras dormía, del corazón, según le dijo el doctor, ni siquiera lo había sentido, paso de un sueño a otro, Mercedes no sabía si creerlo, pero opto por hacerlo, de que le serviría atormentarse, además su madre entre todos para los 88 años que tenia, y los achaques propios de la edad, era una mujer que andaba relativamente bien, gracias a Dios no era senil, y se hasta el último día de su vida se empeño en preparara desde el desayuno hasta la cena, se pasaba casi todo el día con su delantal, aunque también fuera una mujer muy coqueta.
Su hermana Isabel por el contrario si sufrió, al mes de muerta su madre, le detectaron un segundo cáncer, a parte del de mamas que sufriera 3 años antes, cuando vio la cara de su hermana era como si algo se quebrara en ella, y escucho lo que dijo en voz muy baja, aunque después lo repitió hasta la saciedad, de esta no salgo, me voy a morir.

Isabel, más joven, más linda, más decidida, siempre la había admirado y envidiado un poco, le constaba creer que ella, la nena pequeña a la que cuidaba de pequeña, que jugaba siendo sumamente cuidadosa como con una muñeca de porcelana, estuviera muerta, y más raro todavía que sus sobrinos fueran a vivir allí.
Los estaba esperando, llegarían en cualquier momento, aunque ninguno le caía bien, más bien cuando tenia que hablar con ellos, trataba con empeño que no se notara lo que les desagradaba su presencia, ya que los consideraba unos reventados, cuantas veces con su madre habían criticando a Federico, Gabriela, y Sebastian, y compadecido a Isabel.

Ahora hasta que vendieran la casa, ellos vivirían allí.
El primero en bajarse del colectivo fue Federico, de negro y lleno de tatuajes, después Gabriela embarazada, todavía no s ele notaba, ya que como siempre había sido tan flaca, apenas si se le notaba algo, a pesar de pasar los 4 meses de embarazo, y por último Sebastian, el que a muchos les pasaba desapercibido, aunque no por eso menos problematico que los otros dos.
Ni ella sabía por que fue a esperarlo, no estaba con el auto ya que el colectivo los había dejado a metros de la casa, pero bueno  cortesía o hipocresía, ya estaba hecho.
Les dio un beso a cada uno, y estos se los devolvieron con la misma frialdad con que ella se los diera, se encaminaron para la casa y entraron, Mercedes suspiro y cerro la puerta.
 

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