Se miro al espejo, los años se hacían sentir en su piel, las arrugas ya le surcaban bajo los ojos, y en la comisura de sus labios.
Miro que Esteban andaba a caballo, que predecible se había vuelto su relación, el se pasaba el día, con los animales y los peones, y ella, en la casa, buscando formas de perder el tiempo, por que poco era lo que tenía que hacer, ya que la señora que la ayudaba era de lo más voluntariosa, y se ocupaba de casi todo sola, ella para ocuparse en algo, preparaba la comida, pero esto también la había hastiado, todo la hastiaba, su casa, el campo, Esteban, se pregunto que hubiera sido de su vida, si en vez de irse para Agnezzi, hubiera terminado sus estudios, nunca lo sabría, su vida transcurriría allí.
Luis llego de la universidad, le faltaba solo un año, y le había dicho a sus padres que después de la misma, no volvería a la ciudad, que se quedaría en la Capital, que tenía más posibilidades de crecer que en ese lugar, que en el fondo no dejaba de ser un pueblo.
Juan lo miro con indiferencia, nunca había tenido demasiado trato con su hijo, y después que este hablo, le dijo que le parecía bien, que hiciera lo que quisiera, que él no se opondría, y volvió su mirada al diario.
Francis, se quedo mirándolo, en el fondo sabía que si estuviera en el lugar de su hijo haría lo mismo, nunca le había gustado Agnezzi, en su juventud su mayor sueño, era ser actriz, por eso lo de Francis, su verdadero nombre era Francisca, me pero nadie en el pueblo lo sabía, ya que odiaba ese nombre, como su diminutivo o sobrenombre, Pancha o Panchita, por lo que ni bien llego al pueblo le dio a todos que su nombre era France, pero como sonaba raro, la llamaran Francis, no supo por que hizo esa asociación con su nombre, tal vez por que sabía que su hijo negaría también sus orígenes, y que trataría de enterrar su pasado lo más profundamente posible, claro que para hacer eso, sus visitas a Agnezzi sería lo más espaciadas posibles, eso le dolía, pero su hijo estaba cumpliendo su sueño, vivir lejos de un pueblo, y triunfar en la Capital, por que él triunfaría, sus notas eran las mejores de su curso, con cierto esfuerzo contuvo las lágrimas, y sonrió.
Cuando vio que 3 de sus hijos legaban a la universidad, se dio por realizada, lo lamentaba profundamente por los otros 4 pero eso significaba que por lo menos había conseguido una mejor vida que la suya.
Miro que Esteban andaba a caballo, que predecible se había vuelto su relación, el se pasaba el día, con los animales y los peones, y ella, en la casa, buscando formas de perder el tiempo, por que poco era lo que tenía que hacer, ya que la señora que la ayudaba era de lo más voluntariosa, y se ocupaba de casi todo sola, ella para ocuparse en algo, preparaba la comida, pero esto también la había hastiado, todo la hastiaba, su casa, el campo, Esteban, se pregunto que hubiera sido de su vida, si en vez de irse para Agnezzi, hubiera terminado sus estudios, nunca lo sabría, su vida transcurriría allí.
Luis llego de la universidad, le faltaba solo un año, y le había dicho a sus padres que después de la misma, no volvería a la ciudad, que se quedaría en la Capital, que tenía más posibilidades de crecer que en ese lugar, que en el fondo no dejaba de ser un pueblo.
Juan lo miro con indiferencia, nunca había tenido demasiado trato con su hijo, y después que este hablo, le dijo que le parecía bien, que hiciera lo que quisiera, que él no se opondría, y volvió su mirada al diario.
Francis, se quedo mirándolo, en el fondo sabía que si estuviera en el lugar de su hijo haría lo mismo, nunca le había gustado Agnezzi, en su juventud su mayor sueño, era ser actriz, por eso lo de Francis, su verdadero nombre era Francisca, me pero nadie en el pueblo lo sabía, ya que odiaba ese nombre, como su diminutivo o sobrenombre, Pancha o Panchita, por lo que ni bien llego al pueblo le dio a todos que su nombre era France, pero como sonaba raro, la llamaran Francis, no supo por que hizo esa asociación con su nombre, tal vez por que sabía que su hijo negaría también sus orígenes, y que trataría de enterrar su pasado lo más profundamente posible, claro que para hacer eso, sus visitas a Agnezzi sería lo más espaciadas posibles, eso le dolía, pero su hijo estaba cumpliendo su sueño, vivir lejos de un pueblo, y triunfar en la Capital, por que él triunfaría, sus notas eran las mejores de su curso, con cierto esfuerzo contuvo las lágrimas, y sonrió.
Cuando vio que 3 de sus hijos legaban a la universidad, se dio por realizada, lo lamentaba profundamente por los otros 4 pero eso significaba que por lo menos había conseguido una mejor vida que la suya.
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