sábado, 17 de diciembre de 2011

Expresiones de mi vida /7) Raídas raices.

Casi dos semanas estuve apestada, qué porquería, igual en la cama solo tres días porque no daba más de la fiebre y del dolor de espaldas, si no no me quedaba acostada ni loca, odio estar en la cama sin sueño.
Después de la gripe me puse a limpiar todo, lave desde el piso hasta el techo.

Y como quien no quiere la cosa se llegaron las vacaciones de invierno, la verdad que el estar tantos días en la cama, aunque estaba destrozada (por no decir hecha mierda) me hacia muy bien tener cerca a mí hijo.
Por eso decidí visitar a mis padres, voy a tener que aguantar a mama, pero bueno, si me pongo a pensarlo mucho no voy, así que mejor no pensar.

Me fije un montón de veces si cerré todo.
Y me subí a la combi, ya que andar subiendo de colectivo en colectivo no, déjate de joder, por unos peso menos.

Ahí estaba mama, Angélica siempre vivió el presente como ella decía, el pasado para los mediocres o los viejos, ahora como odia su presente, antes de vivir de su pasado, prefiere vivir de la vida de mi hermana, se la pasa grabando sus programa, o guardando los diarios cuando ella escribe, Liliana siempre fue su preferida, y más cuando decidió estudiar periodista, creo que nadie estaba más orgullosa de una hija que mi madre, ni hablar cuando llegó a conducir el noticiero, ne sé como no le agarró un patatum.
Nos saludamos, sin muchas ganas cariño de las dos, ella podrá vivir en el presente, pero a rencorosa no le gana nadie, bah por ahí yo.
-Te acordaste que tus padres siguen vivos.
-Yo también lo estoy mama, me podrías ir a ver alguna vez.
-Yo estoy vieja.
-Si mamá cuando te conviene sos vieja, papa donde anda.
-En la pieza, se lo pasa metido ahí.
- ¿Todavía no se levantó?
-Se levantó y se volvió a acostar.
Iba a decir que me parecía raro, papa nunca fue de dormir mucho, ni siquiera los fines de semana aprovechaba para quedarse en la cama.
-Lo voy a ver.
-Querés un café.
-Bueno.
Me sorprendió ver a papa tan deteriorado, estaba de un blanco pálido, y muy flaco, siempre fue un hombre corpulento, pero ahora se veía esmirriado.

Mañana sigo, el viaje me tiene cansada, y aguantar a mí madre también.

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