Pelo cano, con motas negras, ojos grandes, pardos, mejillas pulcramente afeitada, nariz pequeña, frente ancha, barbilla pronunciada, era lo único destacable en un rostro que era del tipo que se olvida al instante de verlo, ya que nada en el llama la atención, ni por belleza, ni por fealdad, que no inspira tampoco simpatía o rechazo, ni gracia, ni tristeza, solo indiferencia.
Con esta cara podría haber sido cualquier cosa, la gente no sabe lo agraciada que somos las personas de cara insulsa, de esas que se prestan a pasarlas de largo, a pesar de que ahora debo ser una especie de viral, como decía mi hija, y quién sabe las veces que mi foto debe haber dado vueltas por millones de pantallas de computadoras, celulares y televisores, e igual si ahora saliera me bastaría ponerme una gorra, y/o raparme, para que nadie me reconociera.Pensaba en esto, mientras oía preguntas, y los flashes de las diferentes fotos tomadas por la policía a su rostro.
Un abogado al que a veces había visto dando notas en televisión, le había ofrecido sus servicios, y él los había aceptado, aunque si este se creía que sería la estrella del caso, se equivocaba, y él se encargaría de demostrárselo, además de que perdiera el caso, pero de la forma más patética.
sábado, 15 de mayo de 2021
Voces /2)
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