sábado, 14 de septiembre de 2019

Y de repente se hace realidad /2)

El tiro fue ensordecedor, pero él no se sintió como otras veces.
Mierda, nunca tendría que haberlo metido en esto, sabía que era medio cagón, pero por darle una mano y ahora...la puta madre. 
Damián miró el cuerpo, decidió que de nada le servía mortificarse con eso, ya lo había hecho, y era lo que tenía que hacerse.
Me voy a la mierda, un tiempo por lo menos, me guardo y de paso salgo de esta mierda.
Odiaba la ciudad, las casas a medio construir, sin revocar, las calles mal asfaltadas, llenas de baches, otras de tierra o empedradas, autos abandonados, bandalizados, veredas en las calles que las había con las baldosas rotas. Edificios que décadas atrás habían sido fabricas convertidos en esqueletos de hormigón y cemento, con todas las ventanas desnudas porque los vidrios los habían ido rompiendo en décadas de abandono, él habías roto varios, también de las ventanillas de los autos, era lo único que le había gustado de vivir ahí de chico, el tener la impunidad para romper, con sus amigos solían competir a ver cuál rompía más.


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