sábado, 20 de febrero de 2016

Los Oportunistas /4)

Daniel.

1986-2009.

Su apellido era García Sobrero, y pertenecía a uno de los más ilustres de su provincia, además de los más ricos, pero nunca había visto esa fortuna, ni recordaba la histórica mansión que les había pertenecido, mucho menos el complejo azucarero, o las cientos de hectáreas con las que contaba su familia no solo en Tucuman, sino en otras varias provincias vecinas.
Pero todo eso se había ido perdiendo, su padre no lo supo administrar, y fue vendiendo todas las propiedades, gastando ese dinero en viajes y mujeres se casó 3 veces, y tuvo 2 hijos con cada mujer, cuando se declaró en quiebra, y tuvo que vender la casa, antes de entregarla, se suicido.
Tenia pocos recuerdos del esplendor de la familia, de lo que esta se había significado para la provincia, solo venían a su mente imágenes de fiestas, donde un hombre que casi siempre estaba sonriente y hablaba pausado, lo buscaba, le hacia regalos, siempre conseguía llevarlo a algún lugar solitario de la casa, donde le pedía que por favor se bajara los pantalones y le orinara en la boca, el hombre se ponía a unos 40 centímetros de él, y le decían que jugaran a embocar, si Daniel acertaba a que el chorro de orín diera en la boca que el hombre abría formando un gran 0, le daba su golosina preferida.
A Daniel le resultaba extraño, no tenia otra palabra con la que describir lo que hacia, con sus compañeros en el jardín de infantes, solía jugar a medir cuál soltaba el chorro más largo, pero nada como eso.
Al quedarse en la ruina, su madre logró con lo poco que recibió de la herencia comprar un departamento pequeño al sur de la ciudad la de Buenos Aires, las visitas del hombre, que resultó llamarse Horacio.
Este le consiguió un trabajo a su madre en el canal, la ayudó a sacar un crédito, vender ese departamento, y comprarse otro en zona norte, mucho más amplio, y bello que el anterior.
 cambio solo le pedía Mara, pasar horas con Daniel, y ella estaba encantada que el fuera una figura paterna con Horacio.
Este siempre primero lo llevaba a un parte del canal que estaba completamente vacía, y le hacia hacer lo que el llamaba el juego de encobar, también lo acariciaba, lo abrazaba, lo besaba, le pasaba la lengua por la cara, y luego lo bañaba, y le daba una pastilla, sin sabor, luego gaseosa y caramelos, después de ingerir la pastilla se sentía raro, y luego olvidaba todo, si Horacio le decía a la madre que habían estado en el parque, en el cine, o en un shopping, él asentía, porque en realidad no recordaba nada.
Hasta que un día, vio y oyó una pelea entre Horacio y su madre, esta lo empujaba, le gritaba, lo arañaba, y luego le repetía al oído que la perdonará.
Desde ese día su madre se había transformado en un ser raro, que hacia las cosas automaticamente, que lo llevaba al colegio, le preparaba las 4 comidas, le decía cuando tenia que ir a bañarse y cuando a acostarse o levantarse, pero que parecía ausente, se la pasaba en silencio, con sus manos en las rodillas, con una desarreglada cola de caballo, con ropa casi harapienta, y a veces se largaba a llorar sin razón.
Daniel no sabia de qué vivían, como su madre lograba mantenerlo y mantenerse, y si llegaba a atisbar preguntarle, ella entraba en una de sus crisis, y se encerraba en su habitación.
Comenzó a odiar a su madre, todo en ella le daba asco, su forma de andar desarreglada, sus crisis, su indolencia, quería alejarse de ella, aunque sabia que no quería trabajar en nada de lo que le podían ofrecer a un chico de 14 años, por lo que al ver un día a Horacio en un programa de televisión, recordó que este solía ir a su casa, y sacarlo, no recordaba nada más, y decidió buscarlo, un día faltó al colegio, y se fue para el canal.
Le sorprendió que luego de decir su nombre, en menos de un minuto, saliera el propio Horacio a recibirlo, quién primero lo miro asombrado, y luego con una de sus características sonrisas, por la cuál Daniel, a los pocos momentos y después de escuchar otra vez su voz pausada, recordó, y ató cabos.
En ese momento, le dieron ganas de partirle en la cabeza, cualquiera de las cosas que Horacio tenia en el escritorio, pero al contrario, decidió chantajearlo, y pedirle trabajo a cambio de silencio.
Horacio con su misma sonrisa y voz pausada, le dijo que por supuesto, que en ese momento estaban por comenzar una telenovela juvenil , y tenían un personaje ideal para él.
Horacio le consiguió un agente, que cambió su look, le consiguió novias falsas, con las que hacia lo mismo que en los estudios, fingir besos, caricias, abrazos frente a las cámaras.
De a poco se fue convirtiendo en un ídolo adolescente, se vendían poster con su cara, era el rostro de innumerables marcas, etc.
Solo a cambio que algunas noches noche, se despertaba empapado de sudor y orín por las horribles pesadillas que sufría. 

sábado, 13 de febrero de 2016

Los Oportunistas /3)

Alejandra.

La televisión era su único entretenimiento, su única vía de escape, para no ver el pequeño departamento de San Martín, en el cuál vivía, junto con sus padres, para no escucharlos a estos cada vez que peleaban, para no ver como ambos se reprochaban sus fracasos mutuos, para no sentir que nada tenia sentido, que estaba sola y vacía.
Por eso cuando leyó de que estaban haciendo un casting para adolescentes, le pidió a la única tía con la que solía verse seguido, y la cuál compartía su afición por la televisión, como evasión, que la acompañara a un casting.
La productora cuando la vio, decidió contratarla, por el parecido que le encontraba con una prima, a la cuál quería parodiar en esa serie, como una chica caprichosa y soberbia.
Ni bien formó el contrato, sus padres abrieron una cuenta conjunta, y empezaron a quedarse con todo lo que ganaba, Alejandra al darse cuenta, les dijo que o le cedían la custodia a su tía, o iba a dar una entrevista, denunciándolos por fraude y malos tratos.
La novela tuvo éxito, y el personaje de Alejandra gustó mucho, tanto que el canal de la competencia, al terminar la novela, le ofreció el protagonico en otra.
En su primer protagonico, logró ganarle a su competencia, telenovela que encabezaba Daniela Sosa, de quien ella había sido antagonista, y con quien se llevará pésimo durante las grabaciones, incluso Daniela había querido que la sacaran de la novela varias veces, y en todas la producción le había contestado lo mismo, que el personaje de Alejandra era tan importante como el de ella, que fuera más profesional, y no hiciera berrinches estúpidos.
Las chicas que hasta el momento en el colegio habían sido como mucho cordiales o indiferentes con ella, la rodeaban todos los días, y la invitaban a sus casas, le pedían autógrafos, fotos, y si podían ir a verla al estudio.
Alejandra se daba cuenta que eran falsas e interesadas, pero no le importaba, se sentía acompañada, se sentía importante, sus compañeras dejaban que se copiara de ellas, le hacían la tarea, etc.
Toda esa atención y falsa admiración, hizo que públicamente se convirtiera en todo lo que los demás querían de ella, una chica simpática, abierta, que a cualquiera trataba de amiga, le sonreía, o le regalaba alguna cosa, mientras que por dentro se sentía extraña, no sabia como realmente era o quería ser, ni en qué se convertiría más adelante, cuando fuera una adulta.
Sus padres se divorciaron, y se pasaron meses con sus respectivos abogados discutiendo sobre la custodia de Alejandra, que al final fue compartida, a ninguno de los 2 le interesaba ella, pero si hacerse con el control de sus ganancias.
Al final ninguno de los 2 la consiguió, ya que Alejandra con lagrimas en los ojos, le pidió al juez que por favor la dejara irse a vivir con su tía, le relató todas las peleas que sus padres tenían frente a ella, la indiferencia que ambos demostraban hacia ella, hasta que logró convencerlo y por más que los 2 apelaron, el juez no revocó su decisión.
Los 15 fueron raros para Alejandra, al cumplirlos, lución un vestido carísimo, en una fiesta suntuosa, repleta de gente que apenas si había visto alguna vez en su vida, y otra que era directamente desconocida, todos le sonreían, le decían que estaba hermosa, le sacaban fotos, le daban las gracias por invitarlos, y ella no sabia qué hacer, más que sonreír y contestar afirmativamente.
Tuvo ganas de gritar, pero no lo hizo, trató de pensar que todo eso no era real, sino una película, donde ella solo era una de las espectadoras, bailó con el galán de la novela que estaba protagonizando, con quién había anunciado su romance hacia unos días, a pesar de que todo era un montaje, para que se hablara más de la novela, y de paso ara tapar los rumores de la homosexualidad del galán.
A la noche, cuando ya se habían ido la mayoría de los invitados, y ya le dolía la quijada de tanto sonreír, uno de los productores se acerco a ella, le ofreció un porro, que Alejandra aceptó, y luego comenzó a besarla, era uno de los jóvenes, tendría 25 años, era hijo de otro productor muy famoso, este comenzó a besarla, y ella lo dejó, luego también lo besó, después se empezó a reír, él le dijó que lo acompañará, y ella lo hizo, lo siguió hasta un cuarto donde guardaban los artículos de limpieza, allí ella se desnudo, y entre risas y bostezos, escobas, trapos de piso, lavandina e incenticidas, tuvo su primera relación sexual.





sábado, 6 de febrero de 2016

Los Oportunistas /2)

Daniela.

1998.

Su madre le repetía una y otra vez las escenas, y le exigía que se las dijera.
Luego de escucharla, Catalina, dijo:
-Así no, demostra emoción, llora, tu tía te dijo que tu madre murió, y tenés que irte a vivir con ella, que es una porquería, ponele corazón.
-Mama, tengo sueño.
-Yo también, pero esto es importante.
-Mama me aburre.
-El trabajo no es para divertirse, Daniela, no es un parque de diversiones, es trabajo, como el colegio es para estudiar.
Cuando su mama le había dicho de que irían a un casting, se entusiasmo, jugar a ser otra, le dijo esta, estar en la tele, tener muñecas con tu apariencia.
Pero al llegar al canal, vio un lugar que no se asemejaba a lo que ella había pensado, era un edificio gris, y adentro un lugar con innumerables puertas.
Catalina había hablado con una secretaria, y esta le indicó unos asientos de plástico pegados a la pared, iguales a los que había en los hospitales.
Su madre ojeó una revista, nerviosa, miro a la secretaria, y cuando se iba a levantar para volver a hablar con ella, se abrió una puerta, y un hombre feo y pelado, apareció sonriente.
-Catalina, perdóname la espera, pero...
-No importa, Mariano, acá está la futura estrella.
El hombre le dio la mano, y luego dijo:
-Acompáñenme.
Las condujo hasta una puerta que estaba a pocos metros de la que él había salido, adentro estaba repleto de cámaras, focos, cartones pintados que simulaban ser un cuarto, un comedor, o una oficina.
Daniela, se sintió como si hubieran abierto el cuerpo de un caniche delante de ella, y le mostraran toda la anatomía del mismo.
El hombre no la volvió a mirar, hablo unos momentos con su madre, aunque ella estaba tan sorprendida por lo que veía, que no reparó en lo que decían.
El hombre le entregó lo que luego su madre le dijo que era un guión, y se fueron.
Ni bien llegaron a la casa, Catalina, agarro un marcador de color amarillo, y comenzó a subrayar.
Luego se lo entregó a Daniela.
-Memoriza todos lo que te subraye.
Daniela lo hizo a regañadientes, aunque su mama le pedía que lo repitiera una y otra vez.
-Mama, basta.
-No, no entendes lo que es la interpretación, no quieor que me lo recites, quiero que lo interpretes, ¿no leíste lo que está escrito al costado? esas son las indicaciones, como tenés que intertar el personaje, ahí dice que tenes que llorar.
-No me sale.
-Inténtalo, pensa en algo feo, obligate a llorar, o por lo menos disimula bien, luego te ponen gotas, aunque nunca se ven igual a un llanto real, parece que te echaran agua con una de esas pistolas de juguete.
Catalina la mantuvo hasta las 2 de la mañana despierta, cuando le pareció que brindaba una interpretación decente, Daniea no recordaba irse a dormir tan tarde.
4 horas después su madre la levantaba, con gran esfuerzo, la metía al baño, le abría solo la canilla del agua fría, y le refregaba el cuerpo, hacia 2 años que Daniela se bañaba sola, pero su madre le dijo que hoy era el día más importante de su vida, y que la necesitaba prístina, palabra que nunca había escuchado, y que Catalina no le dijo lo que significaba, ya que estaba demasiado concentrada en limpiarle las orejas, y usar la mejor y más cara crema de enjuague.
Llegaron al canal 7 y media, fueron conducidas hasta un camarín, donde una vestuarista le alcanzó a Catalina vestido colgado de una percha y luego unos zapatos blancos.
Catalina descalzó y desnudo a Daniela, y la cambió con la misma rapidez.
Luego entró una, de unos 50 años, la maquillo, y después otra un poco más joven que la peinó, ninguna de las 2 dijo nada mientras lo hacían. 
Luego tocaron la puerta, y un hombre con un unos auriculares y un micrófono, les pidió que lo acompañasen.
Al llegar de vuelta al estudio, que ese día se veía distinto al anterior, los cartones estaban mejor armados, su madre le soltó la mano, y se quedó al lado de una de las camarás.
Un hombre se arrodillo, y le preguntó a Daniela si tenia aprendido los diálogos, ella asintió con la cabeza.
Una mujer se sentó sobre un sillón, en el ficticio living, y el mismo hombre que antes se había arrodillado a su lado, la tomó del brazo, y la colocó a medio metro de la mujer sentada.
-Ya sabes lo que tienes que hacer, cundo diga, acción, arrancamos.
-Hola.
Le dijo la mujer del sillón.
-Hola.
Cuando Dnaiela le iba a decir su nombre.
Se prendieron más focos, que casi la enceguecieron.
Un hombre sostuvo una tableta, y dijo: escena toma 1...
Y siguió hablando, dijo algo de una escena y otra cosa que Daniela por los nervios no escuchó, luego si sintió el casi gritó que dio el hombre que se arrodillara y luego la tomara del brazo, al decir:
-¡Acción!