sábado, 26 de septiembre de 2015

Victima Victimaria /25)

Estaba a la expectativa, por más de 1 mes, cada vez que salía de la casa, o entraba, miraba para todos lados, temiendo encontrarse Martín al acecho esperando su oportunidad para atacarla.
Antes de acostarse atravesaba una silla contra el picaporte, además de cerrar la puerta de su habitación con llave, dormía mal y tenia recurrentes pesadillas, donde se concretaban todos sus miedos, por esta causa en el trabajo se la pasaba bostezando.
Varias veces se le paso la idea de llamar a Leticia, pero la misma cantidad la espantaba, como si fuera una mosca que le rondara por la cara.
De a poco se fue tranquilizando, primero quito la silla contra el picaporte, luego dejo de cerrar la puerta de su habitación con llave, hasta que al in empezó a dormir con normalidad y a no sufrir pesadillas.
Al relajarse, comenzó a ser  un poco menos metódica de lo que lo había sido hasta entonces, se quedaba despierta hasta más tarde mirando alguna película, decidió comprarse una computadora e instalar Intener, y hasta comenzó a salir a comer afuera los fines de semana, siempre a pizerias, ya que para más no le alcanzaba el presupuesto.
Un sábado, luego de salir de lapizeria, fue hasta la heladería, mientras comía el helado, cayo un poco sobre su blusa, y traspaso hasta llegar al corpiño, fue al baño, se refregó, y al hacerlo, sintió algo raro en el seno derecho, saco turno para el doctor, este la derivo a un oncólogo, que le diagnostico cáncer de pecho, además de que tenia que ser intervenida urgentemente, ya que el cáncer era maligno, y corría serios riesgos de hacer metástasis, si no se operaba a la máxima brevedad posible.
Paso toda la noche antes de la operación, con la mano sobre el seno.
Nadie nunca me acarició, beso o chupo la teta, ni ninguna otra parte de mi cuerpo, solo yo la voy a extrañar.
Al despertar luego de la operación, se encontró con una enfermera que le alcanzo un vaso de agua y un sorbete, chupo unos tragos, y paso la mirada por la habitación, hasta posarla en la silla vacía que había a un metro y medio de la cama.
A nadie le importa como estoy, como me siento, si sigo viva o reventé en la sala operatoria, igual mejor, en el fondo la gente es hipócrita, si viniera alguno, lo haría por morbo, y para sentirse bien consigo misma, por no sufrir lo que estoy sufriendo.



sábado, 19 de septiembre de 2015

Victima Victimaria /24)

Todos los que veía a su alrededor parecían tener un objetivo claro, entraban a un bar, una tienda, esperaban en la parada al próximo colectivo o extendían su mano derecha para parar a un taxi.
Martín comenzó a caminar, tratando de imitarlos, tratando de proyectar un objetivo, y también de dilucidar qué haría.
Caminó varias cuadras, hasta que al ver una plaza, casi corrió hasta ella, se sentó en uno de sus bancos, era lo más parecido a su ciudad que tenia, lo más cercano a todo lo que él conocía, se quedó ahí, contemplando los diferentes arboles, sobre todo un roble, que era el único árbol que coincidía con uno de los que había en la plaza de su ciudad.
Al quedarse un rato y observarla con detenimiento, noto otras diferencias, esta plaza era más pequeña, su extensión sería como mucho la mitad, su única estatua, que tenia una imagen de San Martón a caballo, estaba enrejada, y el pequeño muro que sostenía el enrejado estaba lleno de grafitis, las veredas de la plaza también estaban repletas de grafitis, además de la mugre que ya había visto en las demás veredas de la ciudad, desde que se había bajado del colectivo.
Capital Federal, le recordó una vieja fabrica abandonada, un día cuando había ido al cumpleaños de uno de sus compañeros, que viví en la misma cuadra, este los llevo hasta la fabrica, y allí la recorrieron, algunos le dispararon con sus ondas, piedras a algunas ratas, otros se divertían rompiendo los escasos vidrios sanos que todavía quedaban en las ventanas más altas, y Capital la percibió así, por lo menos ese barrio donde estaba, como un lugar enorme, en ruinas, atestado de personas, que solo contribuían a acelerar su ruina.
Se quedó sumido en ese pensamiento, hasta que sintió un escozor en su tobillo, paso el dedo indice por debajo de la media, y tocó los billetes, en ese momento recordó los 500 pesos que se había llevado.
Para qué me alcanzan...ni para una semana en un mal hotel, ya que no solo es el lugar, la comida...
El sol largo sus últimos destellos, antes de ocultarse, odiaba el ocaso, y más ahora, en pocos minutos se haría de noche, sabia que las plazas en el mejor de los casos, se llenaban de vagabundos, y en el peor de drogadictos, pedofilos, borrachos violentos, etc.
Suspiro, se levanto, y empezó a caminar, de nuevo.
Se miro la cara en la vidriera de una panadería, y se alegro por primera vez de su insipiente barba, con la que sus compañeros siempre lo cargaban, había sido peludo muy pronto, además de que su voz había cambiado a los 13, podía pasar por un mayor de edad, de 18, no más, pero con eso le bastaba, tenia que encontrar un hotel, que no le pidiera documentos, por lo que tenia que ser bastante precario, caminó un par de cuadras, hasta dar con uno, bastante ruinoso, donde el tipo solo le pidió que una firma y le dijera por cuanto tiempo pensaba hospedarse, Martín le contesto que por una noche, con opción de una más, luego de instalarse, dejando su bolso sobre una silla, bajo en un antiguo y ruidoso ascensor, se acerco hasta un restauran que tenia el mismo estilo casposo y decadente del hotel, aunque la comida que le sirvieron, unos espaguetis con salsa, no estaban pasados, aunque la salsa acida, pero no al grado de ser incomible, pensó que era más de lo que podía esperar de un lugar pintado de morado, con manteles de hule y sillas de caño.



sábado, 12 de septiembre de 2015

Victima Victimaria /23)

La soledad, casi por primera vez en los 50 años que tenia, estaba sola, se llevo las manos a las costillas, el dolor era casi insoportable, se tomó 2 diclofenac y un ibupofreno, espero sentada puteando entre susurros a Martín, sin mover mucho los labios, ya que cualquier movimiento le provocaba un gran dolor en las costillas.
Luego de unas horas que se le habían hecho eternas, sintió que el dolor mermaba un poco, y se levanto, al hacerlo por un momento, regreso como si fuera un último chaparrón antes de despejar, ahogo un grito, y lentamente, con pasos pequeños, se dirigió hasta la habitación donde se echo en la cama y se quedó dormida a los pocos minutos, se despertó  unas horas más tarde, a causa del dolor, nuevamente se levanto con gran esfuerzo y sintiendo puntadas a cada momento, se tomo otro par de pastillas, volvió a la cama, prendió un rato la televisión, y nuevamente se quedó dormida, al despertar, esta vez no lo hizo por el dolor, sino por un pesadilla, que al abrir los ojos no pudo recordar.
Se sentía un poco menos dolorida, por lo que se levantó y fue hasta el espejo, se puso frente a este, se desnudo, y vio los moretones violetas que tenia en las rodillas y en las piernas, una bronca infinita la invadió, hubiera querido tener un arma en ese momento, y matarlo.
No, no me voy a manchar las manos, la vida se encargara de ese sorete, que en mala hora la puta de mierda de Maura, llegó a parir, se hubiera reventado antes.
Desnuda fue al baño, con una bata de toalla que tenia, abrió la canilla y dejó que el agua caliente de la ducha cayera sobre ella, no atino al esfuerzo de echarse champú, crema de enjuague o mucho menos enjabonarse, sabia que sería inútil, frustrante y sobre todo doloroso.
Solo sintió el agua, y al final se sintió hasta reconfortada.
Cuando regresó a la habitación, llamo a la comisaria, para decir que estaba enferma.
Se tomó otro par de pastillas, y se durmió, al otro día pensó en usar como excusas a los parientes que tenia Gabriel en Capital, e aventarle a la directora del colegió de Martín, que este se había ido para allá, después de una pelea con ella, claro que aunque ya lo venía pensando desde hace rato, pero ella no sabia si aceptar, pero al final él se puso en rebelde, y ella ya estaba grande para llevarle la contraria, además ya era grandecito como para elegir con quién vivir.
Todo eso, y casi con las mismas palabras le dijo a la directora, ésta con mirada indiferente, le entrego los papeles de Martín, quién nunca había sido un alumno que destacara ni para bien, ni para mal, apenas si lo recordaba haberlo visto.
Magdalena se fue, con una mano sosteniendo los papeles, y con otra tocandose sutilmente las costillas, que todavía le dolían al caminar. 



Victima Victimaria /22)

PARTE 2.

Nunca había viajado solo, se sentía vulnerable ante todo lo que lo rodeaba, metió las monedas en la maquina, mientras estás caían chirriantes en el interior, se sintió ridículo al ser tal vez el único dentro del colectivo, que nunca había realizado esa acción, espero hasta que la maquina expulso el boleto.
Se sentó y diviso por la ventanilla la ciudad, a la extraña altura del asiento, unos 2 metros y medio del nivel del suelo, pensó que era una visión singular, tal vez única, ya que ningún casa medía tan poco, como para que su techo diera la misma visión, y no sabia si desde el asiento de alguna camioneta, se alcanzaba esa altura, tal vez si.
Estoy desperdiciando un pensamiento en una pelotudes, cuando no sé qué mierda voy a hacer con mi vida.
Bueno, igual tengo todavía 3 horas para pensar...
El colectivo freno a pocas cuadras en una de las 2 paradas restantes que haría antes de salir de la ciudad.
Al tratar de empezar a Martín se le hizo un nudo en el estomago, sintió que un túnel lo tragaba, que todo sería peor de lo que había sido en la casa de Magdalena, que ahí podía defenderse, conocía lo que podía pasarle, pero en la Buenos Aires, no.
Cerro los ojos un momento, trato de poner la mente en blanco, abrió la ventanilla, y se puso a tocar las hojas de los arboles, arranco trozos de alguna, cuando el colectivo aminoraba su velocidad, hasta que el roce con la punta de una hoja, le hizo una pequeña raspadura.
Miro el pequeño trozo de la hoja, y los demás pequeños trocitos.
Hasta unas hojas de mierda, me lastiman.
Tiro los restos de hojas por la ventanilla, y cerro ésta, estaba irritado de su propia vulnerabilidad.
Al llegar a primera Junta, la última parada del 2 colectivo, ya que la primera había sido en una estación de servicio de una ciudad de Gran Buenos Aires, el fuerte olor a gasoil, y del humo de los diferentes tubos de escape, lo aturdió y esa sensación se profundizó al oír el ruido de vecinas, y autos arrancando, frenando, avanzando, estacionando, etc, gente caminando, edificios de diferentes tipos, algunos ruinosos, otros altísimos y nuevos, otros vulgares, miro el suelo para tratar de no dejarse abrumar, y hasta este era diferente al de su ciudad, estaba lleno de restos de chicles, papeles y manchas.